Jesús sabía que [cuarenta días] era el número de días en los que el agua del abismo había inundado la tierra (Gén 7,17); la tierra prometida había sido explorada (Núm 3,25), Moisés había escrito la Ley de Dios (Éx 24,18) y era también el número de años que el pueblo había permanecido en el desierto para vivir y comportarse como ángeles (Éx 16,35), Hilario De Poitiers
• El Espíritu no “lleva” a Jesús, lo “arrastra, arroja” (ἐκβάλλει): no sale de nosotros el ir a los desiertos (personales y sociales), si no nos lleva una fuerza mayor.
• Desierto como lugar donde habitan las fieras (externas e internas), tiempo de maduración (necesario) y encuentro con nuestras auténticas tendencias.
• Importancia de las “tentaciones”: “Sin la tentación no se siente la solicitud de Dios por nosotros, no se adquiere la confianza en Él, no se aprende la sabiduría del Espíritu y el amor de Dios no se consolida en el alma”, Isaac De Nínive.
• Saber dejarnos “servir” por los ángeles que nos rodean.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por dejar tu comentario, me alegra el alma