El carpintero de Varsovia

 CONFIA EN  San José

¡San José trabaja demasiado bien para permanecer en el olvido! 

He aquí el bello testimonio de Marysia S., mi amiga de Varsovia que trabaja entusiastamente por Medjugorje:

“Hace cuatro años, sor Emmanuel me regaló un icono de San José diciéndome:

¿¡Tú no le rezas nunca!? ¡Pero si es un santo extraordinario! 

Hazte amigo suyo y verás. ¡Te será de gran ayuda!

 

Con Bogdan y nuestros dos hijos, teníamos mucha necesidad de encontrar una casa, pues nuestro apostolado para la Gospa requería de un lugar más amplio. Pero teníamos muy poco dinero como para comprar una. Siguiendo los consejos de sor Emmanuel, llena de confianza y de esperanza, le escribí una carta a San José, colocándola detrás del icono y comencé una novena.

¡Pasaron meses... y nada!

 

Mi padre espiritual me dijo entonces: “San José es un simple carpintero, un hombre muy práctico. Deberías hacerle más bien el dibujo de la casa que deseas encontrar”. Hice por tanto el dibujo preciso de la casa, vista desde el exterior y coloqué mi papelito detrás de la imagen.

¡Pasaron meses... nada!

Le dije a mi padre espiritual que, manifiestamente, San José no me quería, pero me contestó: “Si San José no te escuchó, seguramente sea porque es padre de familia y quiere tratar este asunto directamente con otro padre de familia. Dile a tu marido que él mismo le pase el pedido a San José, ¡entre padres de familia, se entenderán!”

¡Bogdan lo hizo el mismo día; y a la semana habíamos encontrado una casa! Visiblemente San José quería animar a Bogdan en su papel de jefe de familia. La casa costaba exactamente la suma de dinero que poseíamos, pero su valor real era muy superior. Tenía todas las habitaciones que habíamos pedido, incluso el sótano y el granero, ¡y exteriormente reproducía el dibujo de Bogdan!

Como buen carpintero, San José la había elegido toda de madera, y no cualquier madera, ¡sino de roble! Al examinar las ventanas y las puertas, comprobamos con una sonrisa que las terminaciones habían sido ingeniosamente realizadas y estaban en perfecto estado.

 

En la entrada de la casa fuimos acogidos por cuadros del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María. Justamente, en Medjugorje, María pide que se coloquen estas imágenes en nuestras casas. Reinaba también una imagen antigua de Santa Teresita, un guiño de nuestro vínculo espiritual con Francia.

Durante años, la antigua propietaria había destinado una de las habitaciones del fondo a la oración. ¡Tan sólo tuvimos que tomar el relevo y volver a encender los cirios! Efectivamente esta señora, muy enferma, había orado horas y horas ante el icono de la Virgen de Czestochowa, ofreciendo sus sufrimientos día y noche.

Otro guiño para que olvidemos el mensaje de su esposa Myriam sobre el ayuno: ¡San José había previsto un horno para el pan! Un delicioso pan casero puede ayudar a perseverar en el ayuno de dos días por semana.

Un sacerdote nos trajo de Jerusalen un cuadro representando a San José protegiendo a la Sagrada Familia. Tiene su puesto de honor en la entrada de la casa, pues nuestra familia está desde entonces bajo su protección. La casa se encuentra muy cerca de Varsovia, en plena naturaleza, y la escuela para los niños es mejor que la de Varsovia.”

 SanJoséPadreyCustodioDelRedentor