Jesús, no quiero abandonarte, antes bien, deseo dar testimonio de ti a los hombres. Quiero darte a conocer a quienes no han oído hablar de ti. Sé que no será fácil, porque el mundo odia los que te pertenecemos, pero “Tú has vencido al mundo”, y con esa confianza, quiero aventurarme en el anuncio de tu Persona. Catholic.net
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La fe es garantía de lo que se espera; la prueba de las realidades que no se ven. http://la-oracion.com

martes, 8 de diciembre de 2015

Inmaculada Misericordia



¡Madre! El Eterno Padre, te edificó pura de arriba abajo,
en pensamiento, palabra, cuerpo y alma,
para este tu pueblo que, hoy, te ve y te reza: ¡Inmaculada!

Inmaculada y llena de misericordia.
No supiste, oh Madre, sino ser ofrenda permanente.
En Nazaret, con un “sí” lo dijiste y lo hiciste todo.
En Caná, con un “haced” tu mano pudo más
que la intención de Aquel que el agua en vino transformó.

¡Misericordiosa e Inmaculada!
Siempre al lado de nosotros y, siempre, buscándonos.
En las cruces cuando nos pesan demasiado
y, en los atajos del mundo, cuando nos perdemos demasiado.
En las ideas, cuando a Dios dejamos de lado
y en las obras cuando pretendemos un mundo a nuestro antojo.

¡Inmaculada y con infinita misericordia!
Así Dios te dispuso y así, Dios, te creó.
Para Él lo fuiste todo y, para Él, te diste en todo.
Por Él tu cuerpo fue arcilla en sus manos
y, con Él, hiciste un Dios humanado a los pies del mundo.
¡Cómo no darte gracias, Virgen Inmaculada!
Tu ser y tu hondura te delatan: sólo sabes dar.
Tú beldad y tus ojos encandilan al Dios de las alturas
y, tu obediencia, sencillez y ternura
proclaman la grandeza que anida en Ti.

¡Inmaculada llena de misericordia!
Llena de Dios, que es todo corazón,
y vaciándote de Dios para traérnoslo al mundo.
Llena del cielo, para esta tierra fría
y cálida en tus entrañas para darnos al Salvador.
Así, Virgen Inmaculada, eres Tú.
No dejes, en este Año Santo Jubilar,
que neguemos lo que –desde  Dios y ante Dios­ nos hace eternos:
el amor sin límites y la  generosidad sin cuentas.
Que de tu mano, Virgen Inmaculada,
sepamos descubrir, acoger y pregonar
a Aquel que, en tu morada virginal,
se hizo carne y, luego, se dejó adorar.

¡Siempre  Inmaculada! ¡
¡Siempre  misericordiosa Madre!
 
P. Javier Leoz
                                       Nuestra Señora de los Milagros de Caacupé


Oración a la Virgen de Caacupé
"Santísima Madre de Dios y madre nuestra,
desde vuestro Santuario de Caacupé cubrid con vuestro manto protector
a vuestros devotos y a todo el Paraguay.
Interceded por nuestros padres y bienhechores,
por los desvalidos y todos los necesitados de perdón y misericordia.
Proteged a nuestra Santa Madre la Iglesia
y alcazad luz a los magistrados para
que hagan justicia y haya paz entre los hombres.
Después de la gracia particular que os pedimos,
alcanzadnos también la gracia
mayor de preservar en nuestra Fe
y en vuestro Amor,
para así merecer la realización de
la promesa que Nuestro Señor Jesucristo
nos hiciera cuando dijo:
"El que persevere hasta el fin se Salvará."
A Vos pues, Madre querida,
clamamos para que nos obtengáis tan singular favor.
Amén."
(Pídase la gracia particular).





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