Tú eres un ser afortunado y por
eso debes dar gracias, siempre gracias por lo inmensamente rico que eres. Es
tanto lo bueno que tienes: salud, familiares que te quieren, amigos que se
preocupan por ti. Tantas cosas buenas, pero sobre todo tienes el don de la
Presencia de Dios en tu alma, lo cual tiene un valor incalculable e
infinitamente valioso.
En realidad somos inmensamente
ricos, pero somos tan inconscientes que no valoramos nuestros haberes positivos
y por lo tanto no los aprovechamos y disfrutamos completamente. Sin embargo,
nos quejamos todo el tiempo, somos una máquina de quejas y por eso andamos
tristes y malhumorados.
Si diariamente hiciéramos un
recuento de todo lo bueno que tenemos y diéramos gracias a Dios, así como a las
personas que nos han ayudado a ser lo que somos, seríamos muy felices.
Uno es más feliz en la medida
en que es más agradecido. No esperes a mañana, haz hoy un recuento de las cosas
buenas que posees. Adquiere el saludable hábito de hacer un recuento diario de
tus haberes positivos y te asombrarás de tu inmensa riqueza personal.
Bienaventurados los que tienen
espíritu de gratitud porque llevarán la felicidad donde quiera que vayan.Agradece
todo lo bueno que hagan por ti, di gracias por todo y a todos. Admira las cosas
buenas de la vida; enseña a otros a ser agradecidos, a descubrir lo que estás
viviendo; no con afán exhibicionista, sino con el sano propósito de que
descubran la belleza real de la vida.
Para penetrar en la belleza de
la vida tú debes:
Purificar tu visión negativa de
la vida:
Admirar lo bueno, apartar de ti
todo lo negativo, recordar que proyectamos lo que percibimos.
Saber alabar: Conviértete en el
poeta de lo lindo que hay en la vida. Canta las maravillas de la naturaleza, de
la grandeza de Dios, de tus semejantes. Alaba siempre.
Agradece todo lo bueno que
hagan por ti:
Di gracias por todo y a todos,
recuerda que la gratitud es la memoria del alma buena.
Como puedes ver, hay un buen
número de formas en que podemos cambiar nuestra vida. Por supuesto, esto es si
así lo deseamos; si lo llevamos a cabo y claro que podemos llevarlo a cabo
si tenemos presente que con Dios somos Invencibles.
Mons. Rómulo Emiliani, c.m.f.
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