1. Comienza el nuevo año como si, de verdad,
fuese el último de tu vida:
deja atrás lo que no merece la pena e intenta, con todas tus fuerzas, ser
una persona totalmente diferente.
2. No dejes de soñar ni de trabajar por
aquellos objetivos que pueden ser positivos para ti y buenos para los demás.
Es bueno tener ideales.
3. No dejes de lado a Dios.
Él te dará luz en los 12 meses que ahora se inician, palabra oportuna en
los 365 días que te aguardan, esperanza en todas y cada una de sus horas.
4. Vive con intensidad, pero con sentido
común, tu existencia.
No te dejes llevar por cualquier oferta que degrade tu dignidad como
persona.
5. Demuestra, no para que se vea, pero si para
que se denote tu vida cristiana, tu generosidad.
No olvides a los que se encuentran materialmente en difíciles
circunstancias.
6. Piensa que, la vida, es demasiado breve
para malgastarla.
Piensa en aquellos fallos que cometiste en tu vida pasada y, mirando al
cielo, intenta solucionarlos.
7. No digas “no es posible, de repente,
cambiar de la noche a la mañana”.
Con la ayuda de Dios y con tu oración, podrás
alcanzar pequeñas metas que hagan realidad el superarte en diversos aspectos.
8. No seas negativo.
Da cara y lucha en los próximos meses. Utiliza, en esa batalla, las armas
del perdón, del amor, de la alegría y de la paciencia
9. No seas iluso.
No sigas ni creas a aquellos que, por variados intereses, intentan alejar a
Dios de todo ámbito social: tú tienes que dar testimonio de su presencia
10. No te creas un “don nadie” ni tampoco un
“don poderoso”.
Eres grande por ser hijo de Dios y, eres débil, por ser humano.
11. Da gracias a Dios por este nuevo año que
pone a tu alcance.
Lo hace para que seas santo, más sabio y, sobre todo, para que no le
olvides
12. Levanta la copa de la fe con la ayuda y la
protección de la Virgen María.
Que Ella te ayude a saborear, poco a poco, todo lo que el Señor quiere y
espera de ti.
¡Feliz Año 2015!
P. Javier Leoz
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