Dios me dijo
que tenía que subir por una escalera...le dije que cuántos escalones tendría
que subir y me dijo que tantos cuantos yo quisiera.
Le pregunté también que si esta escalera era frágil o fuerte,para yo subirla, y me dijo que eso también dependía de mí. También le pregunté que si tendría que subirla solo o habría gente que me ayudaría en la subida.
Él me respondió que solamente por cada escalón que yo subiera, Él me dejaría una flor diferente y que cada vez yo la olería más hermoso y la vería más radiante, y que para cada hijo suyo sólo habría una escalera
Yo le pregunté: que me pasaría si me caía alguna vez de ella; me respondió, que aunque pareciera que me caía, jamás perdía los escalones ya subidos y tampoco dejaría Él de colocarme su flor, y que si superaba las caídas mirando siempre hacia el cielo y tomándome de su mano, entonces el dolor desaparecería de inmediato y a cambio yo tendría muchas sonrisas de sus ángeles y un abrazo muy fuerte paterno, y que María me mostraría con su silencio, la prudencia que debería tener frente al dolor y la humildad para aceptar todas las cosas que no podría cambiar.
Yo le pregunte que cuándo y cómo sabría que ya había subido todos los escalones para llegar a Él, y me dijo que no importaba esa respuesta, porque lo importante ante sus ojos no era cuántos escalones iba a subir o si iba a llegar, sino la fortaleza y el amor como lo hiciera.
También le pregunte por mis hermanos de humanidad, que si yo los veía sin querer subir, si yo podría hacer algo para que lo lograran, y me respondió:
"Pon tu sabiduría siempre al servicio de los demás que yo te estaré dictando cómo poder hacerlo y cuando lo logres, tu escalera se hará más fuerte y mis brazos alrededor tuyo los sentirás más amorosos."
Le pregunté también que si esta escalera era frágil o fuerte,para yo subirla, y me dijo que eso también dependía de mí. También le pregunté que si tendría que subirla solo o habría gente que me ayudaría en la subida.
Él me respondió que solamente por cada escalón que yo subiera, Él me dejaría una flor diferente y que cada vez yo la olería más hermoso y la vería más radiante, y que para cada hijo suyo sólo habría una escalera
Yo le pregunté: que me pasaría si me caía alguna vez de ella; me respondió, que aunque pareciera que me caía, jamás perdía los escalones ya subidos y tampoco dejaría Él de colocarme su flor, y que si superaba las caídas mirando siempre hacia el cielo y tomándome de su mano, entonces el dolor desaparecería de inmediato y a cambio yo tendría muchas sonrisas de sus ángeles y un abrazo muy fuerte paterno, y que María me mostraría con su silencio, la prudencia que debería tener frente al dolor y la humildad para aceptar todas las cosas que no podría cambiar.
Yo le pregunte que cuándo y cómo sabría que ya había subido todos los escalones para llegar a Él, y me dijo que no importaba esa respuesta, porque lo importante ante sus ojos no era cuántos escalones iba a subir o si iba a llegar, sino la fortaleza y el amor como lo hiciera.
También le pregunte por mis hermanos de humanidad, que si yo los veía sin querer subir, si yo podría hacer algo para que lo lograran, y me respondió:
"Pon tu sabiduría siempre al servicio de los demás que yo te estaré dictando cómo poder hacerlo y cuando lo logres, tu escalera se hará más fuerte y mis brazos alrededor tuyo los sentirás más amorosos."
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