Pocos son los que dedican tiempo a descansar en Mis brazos y extraer
fuerzas de Mi Espíritu y de Mi Palabra. Quiero que hagas esto por Mí:
que dediques tiempo a Mi Palabra. Al absorberla encontrarás fe, paz y
reposo. El recién nacido no puede crecer ni alimentarse si no pasa
tiempo descansando en los brazos de su madre, mamando la leche nutritiva
de sus pechos. Asimismo tú debes reposar en Mis brazos y oír Mis
Palabras para que al asimilarlas crezcas en la fe.
Ésta es una parte muy necesaria de tu crecimiento en Mi Espíritu.
Consiste en andar conmigo, conversar conmigo, escucharme, arraigarte y
cimentarte en Mí, en Mi Palabra y en la fe. Ten mucho cuidado para que
los afanes y las cargas de esta vida terrena, de este mundo, no te
absorban tanto que no te dejen tiempo para esos ratos a solas conmigo.
Cuando te aflija la soledad, clama a Mí. Aunque no me puedas ver ni
palpar, estarás más cerca de Mí. Gozaremos de una unión más íntima que
la que tienes con tu mejor amigo. En esos momentos nuestro amor se
fortalecerá y nuestra relación se profundizará hasta tal punto que
ningún amor terrenal podrá jamás compararse a esa experiencia.
En esa unión conmigo se gestará tu mayor y más duradera felicidad.
Dará origen a tu mayor satisfacción y sentimiento de realización. Yo me
valgo del dolor que llevas dentro para que inicies esta relación más
íntima conmigo, la cual derivará en un amor más profundo que poco a poco
iremos adquiriendo y que continuará cuando llegues aquí al Cielo. Ese
anhelo de conversar, de establecer amistad, de estar siempre el uno en
compañía del otro, de amar y sentir amor, quedará totalmente satisfecho
cuando Yo vuelva a buscarte. Mas por ahora podemos estar cerca en
espíritu.
¡Cuánto anhelo derramar Mi amor sobre ti! ¡Cuánto ansío estrecharte
contra Mi seno! Si pasas ese tiempo conmigo en oración, escuchando
interiormente Mi voz viva, te manifestaré el inmenso amor que albergo
por ti. Es un amor más extenso que el mar, rebasa el horizonte, no cabe
en la inmensidad del universo poblado de estrellas y galaxias. Escapa a
la comprensión humana y alcanza el infinito, la eternidad.
Jesús
"No estás solo. -Lleva con alegría la tribulación. -No sientes en tu
mano, pobre niño, la mano de tu Madre: es verdad. -Pero... ¿has visto a
las madres de la tierra, con los brazos extendidos, seguir a sus
pequeños, cuando se aventuran, temblorosos, a dar sin ayuda de nadie los
primeros pasos? -No estás solo: María está junto a ti. " - Camino
900. San Josemaría Escrivá de Balaguer
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