De las Homilías de San Bernardo, Abad, sobre las excelencias de la Virgen Madre
Hoy San Bernardo - clik en la imagen para ver biografía
(Homilía 4, 8-9: Opera Omnia, Edición
Cisterciense, 4 [1966] 53-54)
Oíste, Virgen, que concebirás y darás a luz a un hijo; oíste que no
será por obra de varón, sino por obra del Espíritu Santo. Mira que el Ángel
aguarda tu respuesta, porque ya es tiempo que se vuelva al Señor que lo
envió. También nosotros, los condenados infelizmente a muerte por la divina
sentencia, esperamos, Señora, esta palabra de misericordia.
Se pone entre tus manos el precio de nuestra salvación; en seguida
seremos librados si consientes. Por la Palabra eterna de Dios fuimos todos
creados, y a pesar de eso morimos; mas por tu breve respuesta seremos ahora
restablecidos para ser llamados de nuevo a la vida.
Esto te suplica, oh piadosa Virgen, el triste Adán, desterrado del
paraíso con toda su miserable posteridad. Esto Abrahán, esto David, con todos
los santos antecesores tuyos, que están detenidos en la región de la sombra
de la muerte; esto mismo te pide el mundo todo, postrado a tus pies.
Y no sin motivo aguarda con ansia tu respuesta, porque de tu palabra
depende el consuelo de los miserables, la redención de los cautivos, la
libertad de los condenados, la salvación, finalmente, de todos los hijos de
Adán, de todo tu linaje.
Da pronto tu respuesta. Responde presto al Ángel, o, por mejor decir,
al Señor por medio del Ángel; responde una palabra y recibe al que es la
Palabra; pronuncia tu palabra y concibe la divina; emite una palabra fugaz y
acoge en tu seno a la Palabra eterna.
¿Por qué tardas? ¿Qué recelas? Cree, di que sí y recibe. Que tu
humildad se revista de audacia, y tu modestia de confianza. De ningún modo
conviene que tu sencillez virginal se olvide aquí de la prudencia. En este
asunto no temas, Virgen prudente, la presunción; porque, aunque es buena la
modestia en el silencio, más necesaria es ahora la piedad en las palabras.
Abre, Virgen dichosa, el corazón a la fe, los labios al
consentimiento, las castas entrañas al Criador. Mira que el deseado de todas
las gentes está llamando a tu puerta. Si te demoras en abrirle, pasará
adelante, y después volverás con dolor a buscar al amado de tu alma.
Levántate, corre, abre. Levántate por la fe, corre por la devoción, abre por
el consentimiento.
http://www.caminando-con-maria.org/MESDEMARIA/SANBERNARDOYLAVIRGENMARIA.htm
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por dejar tu comentario, me alegra el alma