Tal vez porque sentí una y mil veces en mí, la
debilidad humana, que me hizo morder el polvo, entonces es que me siento
cercano y comprensivo de las miserias de los otros.
Tal vez porque puedo experimentar el cariño de mucha
gente, entonces puedo saber que el amor de Dios es grande, pues se encarna a
través de esas pequeñas muestras.
Tal vez porque muchas veces me sentí perdonado,
entonces pude abrir mi corazón para saber perdonar a todos los que me hirieron.
Tal vez porque desperdicié mucho tiempo, en cosas
intrascendentes, entonces ahora, me pesa cada minuto que pierdo, y valoro cada
instante de esta vida que Dios me ha concedido.
Tal vez porque vi a mi querida Patria, sufriendo los
desatinos de sus autoridades, entonces comprendí que debo pensar en mis deberes
cívicos.
Tal vez porque en mi hogar, nunca sobró ningún bien
material, entonces ahora sé el esfuerzo que cuesta conseguirlos.
Tal vez porque vi la santidad y el heroísmo oculto de muchas personas, que se jugaron por lo que creían, entonces conocí el valor de los ejemplos, que dicen más que mil palabras.
Tal vez porque, lo que leí sobre la historia del
hombre, me enseñó de sus grandezas y de sus miserias, entonces comprendí que
dentro de nosotros, somos capaces de la ruindad o la magnanimidad.
Tal vez porque observé muchas obras inconclusas, con
su carga de fracasos y frustraciones, intuí que la constancia, es el sostén
de toda obra perdurable.
celebrandolavida.org
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