Elegir la mejor parte en la oración
La oración es pedir pero sobre todo acoger como María. Es un estar en la presencia de Dios con la disponibilidad del corazón y de la voluntad para dejarse hacer por Él, dejarse caminar por su Palabra, y dejarse amar por el Espíritu de Amor.Muchas veces buscamos el protagonismo, nos preocupamos de los sentimientos, de las dificultades y distracciones. Queremos recoger frutos concretos, salir contentos de la oración. Pero no es lo más importante de la oración. Lo que realmente transforma en la oración es la acción de Dios. Él es el verdadero protagonista y por lo mismo, elegir la "mejor parte" es ceder a Él el protagonismo del encuentro.
Hágase en mí tu presencia
Vivo en medio de un mar de ruidos, de personas, de actividad y no encuentro el silencio de tu presencia. Siento una soledad que no sé expresar en palabras. Lo tengo todo, pero no tengo nada. No tengo nada y quiero tenerlo todo. Necesito de tu presencia más que el sol y la luz del día.Hágase en mi tu presencia, aquí está tu esclavo y esclava. Quiero tener mis ojos fijos en tus manos (Sal. 122, 2), quiero estar atento a tus gestos. Hágase en mi tu presencia, yo no me pudo presentar, me siento indigno, por eso te pido que tu presencia se haga en mí, se descubra, se desvele en lo más profundo de mi corazón. Con María, ¡hágase en mí tu presencia!
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