No
es difícil ser valiente, sentirse valiente, cuando todas las cosas nos van
saliendo bien; y aún tampoco es difícil sentirse valiente mientras se está en
la lucha.
Es
que la lucha templa los aceros del espíritu. Pero sentirse valiente en la
derrota, eso ya no es tan fácil.
Sentirse
con ánimo de seguir adelante cuando todo se derrumbó, cuando todo salió mal,
cuando todo se complica, eso es propio solamente de los verdaderos valientes.
Sentirse con fuerza y ánimo aún en la propia derrota, eso está reservado a los hombres auténticos, que han puesto su confianza en Dios, que de la derrota más humillante son capaces de hacer surgir la más espléndida victoria.
No te olvides de que las grandes victorias pueden estar muy cercanas a las grandes derrotas; está en ti, en cada uno de nosotros, y en Dios, el que la derrota se convierta en victoria.
Sentirse con fuerza y ánimo aún en la propia derrota, eso está reservado a los hombres auténticos, que han puesto su confianza en Dios, que de la derrota más humillante son capaces de hacer surgir la más espléndida victoria.
No te olvides de que las grandes victorias pueden estar muy cercanas a las grandes derrotas; está en ti, en cada uno de nosotros, y en Dios, el que la derrota se convierta en victoria.
celebrandolavida.org
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