El Corazón de la
Madre del Salvador es como un divino espejo en el que su Hijo
amado ha pintado de manera extraordinaria todas las virtudes de
su Divino Corazón. Así, quien pudiera ver el Corazón de la Reina
de los Ángeles, como los ángeles lo ven, vería una imagen viva y
perfecta en el amor, la caridad, la humildad, la obediencia, la paciencia, la pureza, el odio al pecado,
y todas las virtudes del entrañable Corazón de Jesús. El Corazón
de María es modelo de nuestros corazones; y toda la dicha, la
perfección y la gloria de nuestros corazones consiste en tratar
de hacer que sean la imagen viva del Corazón de María, como ese
Inmaculado Corazón es un verdadero retrato del Corazón adorable
de Jesús.
(San Juan Eudes: El Corazón Admirable de la Santísima Madre de
Dios)
DIOS QUIERE ESTABLECER EN EL MUNDO LA
DEVOCIÓN AL
INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA
El trece de Junio, cuando los niños llegaron a Cova vieron
que había una pequeña multitud esperándolos. Después de
haber rezado el Santo Rosario con Jacinta y Francisco junto
con las personas que estaban presente, vimos otra vez, el
reflejo de luz que se nos acercaba (solíamos decir que eran
rayos) y después, a Nuestra Señora en el roble como en mayo.
"Por favor dígame, Señora, ¿qué es lo que quiere de mi?"
"Quiero que vengas aquí el día trece del mes que
viene. Quiero que continúes rezando el Santo Rosario todos
los días. Después de cada misterio quiero que mis hijos
recen de esta manera. "Oh mi buen Jesús, perdona nuestros
pecados, líbranos del fuego del infierno. Lleva a todas las
almas al Cielo, especialmente a las más necesitadas de tu
Divina Misericordia".
"Quiero que aprendan a leer y escribir, y luego les
diré que más quiero de ustedes. "
"Si, me llevaré a Jacinta y a Francisco muy pronto, pero tú
te quedarás un poco más, ya que Jesús desea que tu me hagas
conocer y amar en la tierra. Él quiere también que tu
establezcas devoción a mi Inmaculado Corazón en el mundo
entero"
"No sola, hija mía, y no debes estar triste. Yo estaré contigo siempre, y mi Inmaculado Corazón será tu consuelo y el Camino que te llevará hacia Dios".
Fue en ese momento, cuando pronunció sus últimas palabras,
Ella abrió las manos y nos comunicó por segunda vez el
reflejo de esa luz inmensa. En Ella nos vimos como
sumergidos en Dios. Jacinta y Francisco parecían estar
dentro de la parte de luz que se elevaba hacia el Cielo y yo
en la que se reflejaba sobre la tierra. En la palma de la
mano derecha le vimos un corazón rodeado de espinas que
parecían penetrarlo. Comprendimos que era el Corazón
Inmaculado de María que, ultrajado por los pecados de la
humanidad, pedía reparación.
Sor Lucía de Fátima . Memoria sobre la 2da. Aparición en
Fátima
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