No debemos extrañarnos, ni desalentarnos de nuestras miserias, pues atraen la compasión y la misericordia de Dios…
El sabe servirse de nuestras flaquezas.
Mientras más profunda es nuestra miseria, más grande es su misericordia.
“Cuando un alma comete grandes pecados pero después se humilla, saca ganancia, mas la soberbia es lo que enoja a mi Padre…
Consoladme con vuestra humildad, porque donde hay humildad todo va bien,
pero donde no la hay todo va torcido”.
No te asuste ningún camino, ni “condición humillante”.
Nuestro antes se abrazó con ella para expiar los pecados de soberbia… reparar la soberbia de las almas… y la tuya.
“No olvides que sin Mi, el alma es un abismo de miserias.
Yo levantaré a los humildes…
No me importan tus miserias y caídas, quiero humildad y amor.
Cuanto más pequeña y humilde seas estarás más cerca de Mí”
Si eres humilde, El te levantará… y te levantará a la altura de su Corazón…
del abismo de tu miseria, pasarás al abismo de su amor.
Corazón de Jesús:
Que mi humildad consista:
“en seguir las inspiraciones de la gracia sin dejarme llevar de las sugestiones del amor propio”
Corazón de Jesús:
“Vengo a sumergirme en el torrente de sangre de tu Corazón para que purifique mi indignidad y mis pecados”
“Dame tu humildad para purificar mi soberbia”.
Práctica: “Quiero que hagas hoy muchos actos de humildad y sumisión a la voluntad divina para alcanzar que las almas se dejen guiar por el camino que les preparo con tanto amor”.
Actos de humildad: no alabándote, no hablando de ti, no atrayendo sobre ti la atención de los demás.
El sabe servirse de nuestras flaquezas.
Mientras más profunda es nuestra miseria, más grande es su misericordia.
“Cuando un alma comete grandes pecados pero después se humilla, saca ganancia, mas la soberbia es lo que enoja a mi Padre…
Consoladme con vuestra humildad, porque donde hay humildad todo va bien,
pero donde no la hay todo va torcido”.
No te asuste ningún camino, ni “condición humillante”.
Nuestro antes se abrazó con ella para expiar los pecados de soberbia… reparar la soberbia de las almas… y la tuya.
“No olvides que sin Mi, el alma es un abismo de miserias.
Yo levantaré a los humildes…
No me importan tus miserias y caídas, quiero humildad y amor.
Cuanto más pequeña y humilde seas estarás más cerca de Mí”
Si eres humilde, El te levantará… y te levantará a la altura de su Corazón…
del abismo de tu miseria, pasarás al abismo de su amor.
Corazón de Jesús:
Que mi humildad consista:
“en seguir las inspiraciones de la gracia sin dejarme llevar de las sugestiones del amor propio”
Corazón de Jesús:
“Vengo a sumergirme en el torrente de sangre de tu Corazón para que purifique mi indignidad y mis pecados”
“Dame tu humildad para purificar mi soberbia”.
Práctica: “Quiero que hagas hoy muchos actos de humildad y sumisión a la voluntad divina para alcanzar que las almas se dejen guiar por el camino que les preparo con tanto amor”.
Actos de humildad: no alabándote, no hablando de ti, no atrayendo sobre ti la atención de los demás.
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