"No tengas miedo, no estoy yo aquí que soy tu Madre? ¿No estás bajo mi sombra? ¿No soy yo la fuente de tu alegría?" Una vez María dijo estas palabras a Juan Diego. Hoy también nos la dice a cada uno de nosotros. Pidamos a María la gracia de que su Corazón Inmaculado permanezca en nuestro pobre corazón, pues el Corazón Inmaculado de María es el deleite del Señor.
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