Jesús, no quiero abandonarte, antes bien, deseo dar testimonio de ti a los hombres. Quiero darte a conocer a quienes no han oído hablar de ti. Sé que no será fácil, porque el mundo odia los que te pertenecemos, pero “Tú has vencido al mundo”, y con esa confianza, quiero aventurarme en el anuncio de tu Persona. Catholic.net
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lunes, 22 de abril de 2013

Cuando no alcancen tus manos el cielo



Cuando no alcancen tus manos al cielo,
y cada instante se haga eterno.
Cuando no puedas decir lo que tanto necesitas,
y ni los errantes silencios quieran oírte.

Cuando te quedes vacío, cuando nada
tengas para dar y nada puedas recibir...
Creerás que la vida es injusta de vivir.
Si es así, cuando anochece pensarás
que se termina el mundo.

¿Por qué soportar lo que se padece?
¿Por qué sufrir lo que duele?
¿Dudas que amanezca nuevamente?
No hagas imposible lo posible;
no dudes por lo decidido,
no temas por tu valentía,
no llores por lo que amas.

¡Sé feliz, siempre!
En todo momento la vida, a pesar
de sus idas y vueltas, es bella,
sino mira por cada noche, clarear el alba.
Ahora es siempre el mejor momento
para surgir como un sol.
"Esperanza" ya no es una palabra,
es cada latido de tu corazón.

¿Cuántas veces nos sentimos sin alas para volar?
Es como que algo tiró fuerte de ellas
y sentimos como que se desprendieron
de nuestro cuerpo y miramos y no las encontramos.
Las teníamos y en ese volar caímos en pantanos,
y agitados por salir se lastimaron, se ensuciaron
y el barro hizo que su peso sea mayor
que el de nuestro cuerpo y nos costó volar.

Nos quedamos muchas veces en el suelo
esperando que se alivianen para seguir,
pero el barro a medida que se secaba
las iba endurecía cada vez más.
Y allí estamos hoy... con alas endurecidas
y sin poder volar o sin alas. ¿Qué nos pasó?
¿Por qué lugares volamos que nos quedamos
sin fuerzas, sin ganas, y sin esperanzas?
Alas... nos hace falta tener nuevamente,
nuestras alas bien abiertas...
Nos hace falta sentir que vale la pena seguir.

La vida nos demuestra a cada paso
que nuestro vuelo no siempre es el que esperamos,
que hay pantanos, como así también aves de rapiña,
que quieren que existamos, que ya no avancemos.

¿Sentimos temor por el futuro?
¿Estamos todavía tratando de salir de ese pantano?
¿Estamos agotados? ¿Equivocamos el camino
y estamos perdidos en la oscuridad?
¿Deseamos que la vida ponga su punto final ahora?
¿Por qué? El dolor puede ser enorme,
la tristeza profunda, lo sucedido inolvidable,
¿y si todo cambia?
¿Y si de pronto nos encontramos ayudando
a otros a salir del pantano?
No hay ningún pájaro que haya volado
toda su vida sobre un oasis o sobre un manantial.

Todos sienten en un momento deseos de no seguir. 
Todos se enfrentan a grandes tormentas,

a fuertes vientos que sacuden su vida entera.
Todos alguna vez se sienten ahogados
por haber caído en tierras pantanosas.
Pero sin embargo sacuden sus alas,
aún hasta en sus últimos minutos,
con la esperanza de seguir y por sobre todo,
de volver a remontar el vuelo.

Extendamos nosotros también nuestras alas.
Tengamos esperanza, apostemos a la vida,
miremos el horizonte y sólo giremos la cabeza
para decir adiós a todo aquello que nos hizo perder
nuestras ganas de seguir volando hacia el infinito.

celebrandolavida.org

1 comentario:

  1. Què hermoso, Magdalena claro que sì a extender nuestras alas y volar tràs el Viento Sagrado de Dios que està colmado de Amor, Alegrìa, Esperanza !!!, Gracias por tu compartir buena amiga !

    Bendita seas por siempre dulce Magda♥

    Un abrazo de corazòn a corazòn !
    chamiga re buena !!!!
    Paz y Bien * * *

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Gracias por dejar tu comentario, me alegra el alma

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