Cada vez estoy más persuadido: la felicidad del Cielo es para los que saben ser felices en la tierra. (Forja, 1005)
San Josemaría ruega a María por nosotros.
«Tienes que aprender a disentir —cuando sea preciso— de los demás, con caridad, sin hacerte antipático». San Josemaría, ruega por nosotros.
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