Mateo 2:13-15,19-23
Fiesta de la Sagrada Familia
Reflexión sobre el cuadro
El cuadro de hoy es una de mis obras de arte favoritas. Vemos a José descansando, exhausto sobre las arenas egipcias, a los pies de la esfinge. Está flanqueado por una hoguera y el burrito que los llevó hasta allí. Le han quitado la montura, para que el animal también descanse, y lo vemos pastando en la escasa hierba del desierto. María y Jesús descansan sobre la esfinge, y del niño Jesús emana una luz radiante. Él mira fijamente las estrellas del cielo. Huían del horror de la matanza de los inocentes de la que hablamos ayer.
La expresión de dolor de María es especialmente poderosa. Se aflige por todas las mujeres y niños que no pudieron huir, por los inocentes masacrados por el cruel rey. Todas esas vidas infantiles perdidas, esas familias afligidas. El corazón de María, que lleva el peso de todos los dolores del mundo, se aflige por ellos.
Luc Olivier Merson, el pintor académico francés del siglo XIX de este cuadro, capta maravillosamente un momento crucial: la Sagrada Familia acaba de dejar atrás las sinagogas y el Templo, la Tierra Prometida, para vivir en el exilio, confiando en que algún día Dios los librará y los traerá de vuelta a casa. Ahora están rodeados de paganismo en forma de esfinge. María lleva consigo la Luz del Mundo, pero aún no ha llegado su hora de realizar su obra. Este es el momento en que María y José mantienen viva la luz de la fe en las tierras paganas de Egipto, listos para llevar a Jesús de vuelta a Israel para que inicie su ministerio unos treinta años más tarde.
by Patrick van der Vorst
Descanso en la Huida a Egipto,
Pintado por Luc Olivier Merson (1846-1920)
Pintado en 1879,
Óleo sobre lienzo
© Museo de Bellas Artes de Boston
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