28 de diciembre:
Los niños Inocentes murieron por Cristo, fueron arrancados del pecho de su madre para ser asesinados: ahora siguen al Cordero sin mancha, cantando: «Gloria a ti, Señor.» (Antífona del Cántico Evangélico de Laudes)
Ayer Herodes, que arremetió contra los más pequeños por miedo a perder todo su poder y riqueza a manos de un rey que solo vino a reinar en los corazones. Hoy nuestros legisladores y hermanos de este suelo patrio y de todo el mundo que por miedo a perder su estado de bienestar votan leyes que inventan el derecho a terminar con la vida de los más pequeños e indefensos. Ellos ya gozan en la Gloria de Dios, nosotros roguemos que Él tenga misericordia de aquellas almas que perdieron el camino y han abogado a favor de esta causa y contribuyen directamente a estas muertes.
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