Cuanto más seas de Cristo, mayor gracia tendrás para tu eficacia en la tierra y para la felicidad eterna. Pero has de decidirte a seguir el camino de la entrega: la Cruz a cuestas, con una sonrisa en tus labios, con una luz en tu alma. (Via Crucis, IIª Estación. n. 3)
Oyes dentro de ti: "¡cómo pesa ese yugo
que tomaste libremente!"... Es la voz del diablo; el fardo... de tu
soberbia.
Pide al Señor humildad, y entenderás tú
también aquellas palabras de Jesús: iugum enim meum suave est et onus meum leve
(Mt XI,3O), que a mí me gusta traducir libremente así: mi yugo es la libertad,
mi yugo es el amor, mi yugo es la unidad, mi yugo es la vida, mi yugo es la
eficacia. (Via Crucis, IIª Estación. n. 4)
Hay en el ambiente una especie de miedo a
la Cruz, a la Cruz del Señor. Y es que han empezado a llamar cruces a todas las
cosas desagradables que suceden en la vida, y no saben llevarlas con sentido de
hijos de Dios, con visión sobrenatural. ¡Hasta quitan las cruces que plantaron
nuestros abuelos en los caminos...!
En
la Pasión, la Cruz dejó de ser símbolo de castigo para convertirse en señal de
victoria. La Cruz es el emblema del Redentor: in quo est salus, vita et
resurrectio nostra allí está nuestra salud, nuestra vida y nuestra
resurrección. (Via Crucis, IIª Estación. n.http://opusdei.es/es-es/dailytext/martes-santo-la-cruz-a-cuestas-con-una-sonrisa/