“San Blas bendito, que se ahoga este angelito”
¿Quién no escuchó esta
jaculatoria, mezcla de oración suplicante y quizá con algo de
reminiscencia mágica, cuando se hacía apurada la situación del niño que
se tragó una bola o quedó sin respiración cuando el caramelo o el chicle
se le coló indebidamente? Al tiempo que la experimentada abuela
propinaba a la criatura un buen golpe seco en la espalda o le oprimía el
pecho para facilitar la expulsión del cuerpo extraño, se estaba
invocando a uno de los santos más populares, cercanos y amables de la
antigüedad cuyo culto se extendió durante la Edad Media por toda la
cristiandad y ha llegado a nuestra cultura como protector de los males
de garganta.
San
Blas es un santo de gran popularidad en el Paraguay. Es patrono del
Paraguay y de muchas ciudades del interior del país. Su festividad es
celebrada con gran devoción, demostraciones de fe en su poder de curar
“cualquier mal de la garganta” y con el alborozo que da lugar a
manifestaciones que se volvieron folklóricas como aquellas de “las
galoperas”.
http://blogsdelagente.com/alparaguay/2009/03/26/san-blas-patrono-del-paraguay/
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