Jesús, no quiero abandonarte, antes bien, deseo dar testimonio de ti a los hombres. Quiero darte a conocer a quienes no han oído hablar de ti. Sé que no será fácil, porque el mundo odia los que te pertenecemos, pero “Tú has vencido al mundo”, y con esa confianza, quiero aventurarme en el anuncio de tu Persona. Catholic.net
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domingo, 28 de agosto de 2011

Hasta el extremo.

Exhortación apostólica "Sacramentum Caritatis" -  Benedicto XVI

En efecto, Jesús «los amó hasta el extremo» (Jn 13,1). Con esta expresión, el evangelista presenta el gesto de infinita humildad de Jesús: antes de morir por nosotros en la cruz, ciñéndose una toalla, lava los pies a sus discípulos. Del mismo modo, en el Sacramento eucarístico Jesús sigue amándonos «hasta el extremo», hasta el don de su cuerpo y de su sangre.
(Exhortación apostólica “Sacramentum Caritatis” – Benedicto XVI) 

Comentario: 

Con esta expresión “hasta el extremo”, se quiere indicar y dejar bien en claro que Dios, Jesús, no podía ir más allá del amor que nos tuvo. Por eso la Eucaristía es el Milagro más grande que pudo realizar Dios, y que esto nos dé una idea de lo grandioso de la Eucaristía.
Si pensamos que en la Hostia consagrada está el mismo Dios, la Santísima Trinidad, el mismo Cielo, y que también en la Misa se renueva el misterio de la Redención, del Sacrificio de Jesús en la Cruz, entonces comprenderemos cómo no puede haber mayor milagro que la Eucaristía, porque en ella está condensado todo, absolutamente TODO.
¿Tomamos conciencia de lo que recibimos al comulgar? ¿A Quién recibimos y qué es lo que recibimos? ¿Vamos con las debidas disposiciones de fe, esperanza, caridad, en gracia de Dios, con una hora de ayuno y con actos de piedad y adoración?
Es tiempo de que revisemos, a la luz de estas verdades, cómo son nuestras comuniones. Porque siempre será verdad que una sola comunión nos haría santos. Si no nos hace santos, es señal de que no comulgamos como debemos.
Por supuesto que no podemos pretender prepararnos perfectamente a comulgar, porque nunca será suficiente ninguna preparación. Y si nos ponemos a pensar bien, no nos atreveríamos a acercarnos a comulgar. Pero no es eso lo que quiere Jesús, sino que hagamos lo que buenamente podemos, nos preparemos de la mejor manera posible, y vayamos a comulgar muy frecuentemente, con amor y respeto, porque es mucho lo que recibimos en cada comunión bien hecha.

Bendito y alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar.




2 comentarios:

  1. Siempre le presento mi inutilidad....El me dice que confia en mi y que me abandone a El...El lo sabe todo de mi y yo solo lo contemplo en mi interior diciendole que me enseñe a abandonarme a El....que no sirva de obstáculo a lo que tiene pensado hacer HOY en mi......la madre de un hermano de mi Cdad murió esta madrugada y juntos la velaremos esta noche......Morir de Amor es mi Camino de Salvacion.....A veces cuando lo tengo en mis manos me salen lágrimas del corazón que nadie ve sino El......una Gracia preciosa que El me dá......Soy la Nada frente al TODO. Un beso

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  2. Hola Magda:
    Sencillamente hermoso tu post
    feliz domingo
    Un abrazo

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Gracias por dejar tu comentario, me alegra el alma

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