¡Oh Virgen y Madre de Dios!
yo me entrego por hijo tuyo.
Me confío a tu amor materno
para que formes en mí a Jesús,
el Hijo y el Enviado del Padre,
el Ungido por el Espíritu Santo
para anunciar la Buena Nueva a los pobres.
Me pongo en tus manos
para que me envíes a todos los hombres
hijos tuyos y hermanos míos,
has que les revele al Padre.
Enséñame a guardar, como tú,
la Palabra en el corazón,
hasta transformarme en Evangelio Dios.
Convierteme en instrumento dócil de tu amor materno
para que te engendre nuevos hijos por el Evangelio.
Madre, aquí tienes a tu hijo. Fórmame.
Madre, aquí tienes a tu hijo. Envíame.
Madre, aquí tienes a tu hijo. Habla por mí. Ama por mí.
Guárdeme, no sea que anunciado a otros el Evangelio,
quede yo excluido del Reino.
En ti, Madre mía, he puesto toda mi confianza.
Jamás quedaré confundido
Amén.
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