En estos tiempos que vivimos, es bueno recordar el sueño profético de Don Bosco.
Resumiendo el llamado "sueño de las dos columnas" San Juan Bosco lo narró así:
"Vi una gran batalla en el mar: la barca de Pedro, pilotada por el Papa y escoltada por barcos de menor tamaño, debía contrarrestar el asalto de muchos otros que luchaban contra él.
Los vientos contrarios y el mar agitado parecían favorecer a los enemigos.
Pero en medio del mar, vi emerger dos columnas muy altas:
- En la primera, una gran Hostia, la Eucaristía,
- Y en la otra una estatua de la Virgen Inmaculada con un letrero: Auxilium christianorum.
La nave del Papa no tenía medios humanos de defensa.
Una especie de brisa marina, que provino de estas dos columnas, defendió la nave y reparó todo el daño de inmediato.
El gran barco de la Iglesia logra finalmente a duras penas alcanzar las dos columnas, aferrándose allí con dos cadenas, salvándose de este modo, milagrosamente.
Mientras, los barcos enemigos huyen, se destruyen entre sí y se hunden".
El profundo significado de este sueño es el siguiente:
"Graves persecuciones y tormentos esperan a la Iglesia; solo hay dos formas de salvarla: María, Auxiliadora de los cristianos y la Eucaristía".
Estamos en el mismo barco: a remar todos juntos en la misma dirección, rumbo a María Santísima y a Jesús Eucarístico.
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