Sábados consagrados a María

 
"El Silencio es Docilidad.
Cuando no te defiendes contra las ofensas.
Cuando no reclamas tus derechos.
Cuando dejas que Dios te defienda.
El Silencio es Docilidad. 

El Silencio es Piedad.
Cuando no revelas a otros los fallos de tus hermanos.
Cuando perdonas voluntariamente sin volver al pasado.
Cuando no juzgas, sino que rezas en tu corazón.
El Silencio es Piedad. 

El Silencio es Paciencia.
Cuando aceptas el sufrimiento sin quejarte, sino con alegría.
Cuando no buscas consuelos humanos.
Cuando no te vuelves demasiado ansioso,
sino que esperas con paciencia a que germine la "semilla".
El Silencio es Paciencia. 

El Silencio es Humildad.
Cuando no hay competición.
Cuando consideras al otro mejor que a ti mismo.
Cuando dejas que tus hermanos emerjan , crezcan y maduren.
Cuando alegremente abandonas todo al Señor.
Cuando tus acciones pueden ser malinterpretadas.
Cuando dejas a los demás la gloria de la obra;
El Silencio es Humildad. 

El Silencio es Fe.
Cuando guardas silencio porque sabes que el Señor actuará.
Cuando renuncias a la voz del mundo para quedarte en la presencia del Señor.
Cuando no te esfuerzas en hacerte entender, porque es suficiente para ti saber que el Señor te entiende.
El Silencio es Fe. 

El Silencio es Adoración
Cuando besas la cruz
sin preguntar "¿por qué?"
El silencio es Adoración. 

"Pon, Señor, una guardia ante mi boca, centinela a la puerta de mis labios" (Salmo 141, 3).  

 "Pero Jesús permanecía en Silencio" (Mt 26, 63) 

📷: Santa María del Silencio.

MISLopez