EvDH:"Jesús regresó a la casa, y de nuevo se juntó tanta gente que ni siquiera podían comer.
Cuando sus parientes se enteraron, salieron para llevárselo, pues decían que se había vuelto loco, que estaba fuera de sí, y que había perdido el juicio".
Las razones pueden ser muchas: miedo a los romanos, a los fariseos, al "qué dirán", a lo desconocido, a lo que no se entiende.
Pero el hecho es uno, venían por él, querían llevárselo, guardarlo hasta que se le pasara.
Jesús ya había avisado que aún a nivel familiar Él iba a ser signo de contradicción.(Lc 14,26).
Los dos extremos en la vida de la Fe existen y se dan:
-Una parte de la familia que no entiende, que no acepta y se asusta con esto de vivir la Fe.
Y -La promesa de que Si crees en Jesús te salvarás tú y tu casa.
Hoy pidamos y demos gracias al Espíritu Santo por nuestra familia, por toda nuestra familia. Agradeciendo y aceptándolos, sabiendo que Su Misericordia también los alcanza y los envuelve como lo hizo con nosotros.
M.Valverde
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