Foto: Gotas de paz - Hnos. Franciscanos Capuchinos
Fernando de Bulloes y Taveira de Azevedo nació en Lisboa, Portugal, en 1195; a los 15 años ingresó a los Canónigos Regulares de San Agustín, pero diez años después ingresó a los Frailes Menores Franciscanos donde a los 25 años adoptó el nombre de Antonio.
Tenía voz clara y fuerte, memoria prodigiosa y un profundo conocimiento, el espíritu de profecía y un extraordinario don de milagros. Su fama de obrar actos prodigiosos nunca ha disminuido y aún en la actualidad es reconocido como el más grande taumaturgo de todos los tiempos.
El Papa Gregorio IX lo canonizó menos de un año después de su muerte en Pentecostés el 30 de Mayo de 1232.
Basílica Santuario Nuestra Señora de los Milagros de Caacupé
Dios todopoderoso y eterno, tú que has dado a tu pueblo en la persona de san Antonio de Padua un predicador insigne y un intercesor poderoso, concédenos seguir fielmente los principios de la vida cristiana, para que merezcamos tenerte como protector en todas las adversidades. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
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