¡Oh Padre de las misericordias y Dios de toda consolación, que por amor a las almas enviasteis al mundo a vuestro divino Hijo, para que derramara su Sangre y diera su vida por ellas; compadeceos del alma de los Sacerdotes Difuntos y aliviad las penas que sufren en el Purgatorio.
No permitáis que esten por más tiempo separadas de Vos. Libradlas de aquellas terribles llamas, por los méritos infinitos de mi Señor Jesucristo. Y si mis pecados son la causa de sus dolores, Dios mío, inspiradme un tan vivo dolor de todos ellos, que prefiera mil veces la muerte a vivir en vuestra desgracia.Yo me arrepiento, Señor, de haberos ofendido; y, confiado que me hayáis otorgado el perdón, me atrevo a ofreceros por esa alma querida las buenas obras que hoy con vuestra gracia practique, unidas a los méritos infinitos de Jesús y de María.
Aceptadlas, Dios mío; haced que todos juntos celebremos un día vuestras misericordias en el eterno descanso de la Gloria. Amén.
PADRE NUESTRO AVEMARIA GLORIA
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