Jesús, no quiero abandonarte, antes bien, deseo dar testimonio de ti a los hombres. Quiero darte a conocer a quienes no han oído hablar de ti. Sé que no será fácil, porque el mundo odia los que te pertenecemos, pero “Tú has vencido al mundo”, y con esa confianza, quiero aventurarme en el anuncio de tu Persona. Catholic.net
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martes, 15 de diciembre de 2020

¡Ya nace Jesús!

 


Se ve a José que en su abrazo abraza al Amor eterno que en el vientre de mamá María está gestándose. Abraza a la Sierva fiel, a la nueva Eva, como mostrando que el será el sostén de lo cotidiano. 

María sonríe, cual hermosa mujer que en su corazón a sentido tal misterio grandísimo cuando el Ángel le habló y ha guardado consigo lo que en ese momento por su mente pasó.

Ella acaricia con ternura  su vientre, acaricia al mismo Dios, el primer Sagrario del mundo lo tiene en sí y Jesús salta de amor porque siente el dulce Nazaret que se ha conformado en medio de un mundo ruidoso, escucha ya dentro la voz de sus Padres y en su corazón tiene  el amor en plenitud para tantísimos que un día nos postraremos como los reyes magos al pie del Salvador ofreciendo lo que somos y tenemos para el mismo Dios.

José trae flores para María y así también se las da a Jesús, consiente a su esposa con tal pureza de intención que Ella está tan feliz que se siente dichosa y solo quiere cumplir junto a ellos el plan de Dios padre.

María trae un bolso lleno de comida para alimentarse con José y así por su ser dará alimento a aquel que es la fuente de la vida eterna, alimenta a quien es el alimento del alma ¡que hermosa ventura! ¡ que grande con los pequeños es Dios!

...¿Y yo que hago en tal escena?, ¡ay Dios santo! me muero de amor, que derroche de locura en amor, contemplando tal suceso cotidiano porque muy seguramente fueron tan humanos en el Amor divino que solo pido a la Sagrada Familia de Nazaret que me acogan para acoger a tantos más; ser uno, uno para si, uno para tantos...

¿ quién son yo en el Belén cotidiano?, es mi pregunta cada día para responder al Señor.

¡Ya nace! ¡Ya nace! ...pero no solo en Belén, ¡no, no!, es algo completamente más grande, nace en mi alma, ¡si!, que calentita de amor lo espera con ansias cual enamorada vigila por la ventana que  ya casi llega su amor.

¡Ay! Me muero de amor y morir aquí quiero porque muriendo gano la dichosa ventura del estar en el Pesebre eterno con la Santa Familia de Nazaret 


Autoría: - DayraFiat   

Fe Y Amor Católico




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