Padre Todopoderoso y Eterno: te ofrezco por las manos purísimas de Nuestra Señora, todas las Santas Misas celebradas hoy para Tu mayor Gloria y por la redención de las Benditas Almas retenidas en el Purgatorio.
Humildemente te suplico que tengas piedad de Ellas y les perdones sus pecados mediante los méritos de Tu amadísimo Hijo.
Para compensar la alabanza, el agradecimiento, el amor, el honor y los méritos que estas Almas omitieron manifestar y acumular en su vida terrenal, te ofrezco toda la alabanza, el amor, el honor, el agradecimiento y los sufrimientos con los que te honraba Tu Hijo mientras estaba en la tierra.
Como recompensa por todas las faltas y omisiones que estas Almas demostraron en este mundo, te ofrezco el celo fervoroso que profesó Tu Hijo Amado en sus obras, y en las obras que Él mismo renueva y alza hacia Ti en todas las Santas Misas.
Por la purificación de las manchas de los pecados que todavía persisten en las Benditas Almas del Purgatorio, te ofrezco la Sangre Divina que derramó Tu Hijo y que derrama cada día sobre nuestros Altares.
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