Santo Ángel de mi Guarda que estás a mi lado, ven a la Iglesia conmigo y arrodíllate allí, te invito a asistir a la Santa Misa, ora junto a mí.
En el ofertorio, si yo me olvido, tú en mi lugar toma todo lo que soy y poseo y ofrécelo como sacrificio sobre el trono del altar.
En el momento de la Santa Consagración, adora con un amor Seráfico a nuestro Jesús, que baja de las alturas del cielo y se esconde en la Hostia.
Reza junto a mí por todos aquellos que amo y también por los que me causaron tristeza; que la sangre de Jesús purifique los corazones y transforme las almas sufrientes.
Cuando el sacerdote tome la Comunión, tráeme a mi Señor para una más íntima unión, para que su dulce corazón descanse en el mío y yo sea su templo, protegiéndolo del frío.
Ruega para que este divino sacrificio libere a la humanidad de todo pecado y vicio, y traiga a casa la bendición de Jesús, prenda de salvación y de toda gracia. Amén
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