El 13 de octubre, la
Señora del Cielo, como la llamaban, revelaría su identidad. Llovía a torrentes.
Llegó el mediodía y no pasaba nada. Les dijeron a Lucía, Jacinta y Francisco
que era inútil, que se fueran de allí. Había unas 40 mil personas empapadas en
la llanura. De pronto Lucía les dijo: “Guarden sus paraguas”, y a Francisco y
Jacinta les avisó: “Ya viene Ella, he visto el resplandor”. Repentinamente paró
la lluvia y el cielo se despejó totalmente.
“Soy la Señora del Rosario y vengo a advertir a los
creyentes que se conviertan y pidan perdón por sus faltas”, les dijo la dama
vestida de blanco. Después agregó: “Quiero que me construyan una capilla en
este lugar”, y terminó anunciando que la (Primera) Guerra Mundial iba a
terminar pronto.
Las crónicas periodísticas estimaron que 70 mil personas
se encontraban en el llano de Fátima y presenciaron como "bailó el
Sol", considerado el milagro de la Virgen.
Antes de irse, la dama señaló al sol. En aquel lugar había
fieles católicos, pero también protestantes y ateos que habían llegado para
denunciar la falsedad de las apariciones.
Todos vieron al astro empezar a “bailar” en el cielo, y
después dio la impresión de que caía, ante el terror de la multitud, para luego
volver a su lugar. El milagro había ocurrido y uno de los principales
testimonios lo pronunció el periodista Avelino de Almeida, escéptico a morir,
pero que terminó dando fe del portento: “Fue un espectáculo único, increíble”
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