Jesús, no quiero abandonarte, antes bien, deseo dar testimonio de ti a los hombres. Quiero darte a conocer a quienes no han oído hablar de ti. Sé que no será fácil, porque el mundo odia los que te pertenecemos, pero “Tú has vencido al mundo”, y con esa confianza, quiero aventurarme en el anuncio de tu Persona. Catholic.net
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ACI prensa

La fe es garantía de lo que se espera; la prueba de las realidades que no se ven. http://la-oracion.com

viernes, 28 de febrero de 2014

La vida es un don...



Es un maravilloso don que Dios nos ha brindado, aprende a valorarla de verdad.
Muchos de los seres humanos no apreciamos lo verdaderamente valiosa que es la vida, la desperdiciamos odiando, discriminando, criticando, en vicios.

Y no nos damos cuenta que amando, aceptando al otro tal como es, y sin vicios, es mejor vivirla.La vida es una gran meta que para vivirla de verdad, hay que tener voluntad, fuerza, equilibrio.

No pierdas tu tiempo en destruir lo que te rodea, no pierdas el tiempo en criticar al que se encuentra al lado tuyo; sé tú mismo, pero no pretendas ser tú mismo sin tratar de ser una persona que sepa valorar y apreciar cada instante, cada minuto, cada segundo de la vida.

Perdona, y serás perdonado: es malo ver cómo las personas viven su vida a diario sin perdonar, con odios, con resentimientos en sus almas, y no se dan cuenta que eso no es vivir.

Porque vivir, queridos amigos es: amar, es perdonar, es aceptar, es sonreír,
cantar, bailar, aprender, apoyar, comprender,escuchar, querer, atender valorar...
Eso es la vida...

jueves, 27 de febrero de 2014

Diez consejos para vivir la fe cristiana con alegría




1. No tengas miedo. Dios nos quiere y está con nosotros. Jesucristo es el único Salvador. Los diosecillos del momento no han de poder con El.

2. Intenta consolidar tus convicciones. ¿Quién las ataca? ¿Con qué argumentos? ¿Con qué resultados? Jesús es verdad y es la Verdad, ayer, hoy y siempre. Contra Él no hay progresismo que valga.

3. No cedas terreno. No te acobardes. Preséntate como cristiano. Prepárate para dar razones y explicaciones de tu fe. Ten la seguridad de que nadie puede presentar otra cosa mejor.

4. Descubre el valor de lo que has recibido, conoces la grandeza y la bondad de Dios, cuentas con su perdón y sus promesas de vida eterna. Tienes contigo a Jesús. Eres miembro de su Iglesia, con muchos pecadores, pero también con muchos santos, hermanos y servidores de los pobres. ¿Hay quién dé más?


5. Reza más que antes. A solas. En casa. En los templos. Asegura por encima de todo la Misa de los domingos.

6. Honra con buenas obras tu nombre de cristiano. No hagas daño a nadie ni de palabra ni de obra. Haz todo el bien que puedas. Pon en ello el primer valor
y la principal preocupación de tu vida.

7. No te dejes engañar por las propagandas del momento que siempre sirven a los intereses de los poderosos de este mundo. Jesús nos amó hasta el fin y nos dejó la verdad definitiva.

8. El fundamento de nuestra vida y de todo cuanto existe es el amor y la bondad de Dios. Confía en Él, déjate llevar por Él. Responde a su amor con tu amor y tu obediencia. Vive feliz como un hijo en casa de tu Padre, como Jesús, con Él y por Él.

9. Fortalece los vínculos con la Iglesia, con alguna lectura, con tus amistades, con la celebración del domingo. Que la Iglesia sea como tu familia a lo grande. Con el amor, la fidelidad y la ternura de la Virgen María.

10. Vive con alegría tu relación de fe y amor con Jesús. Él te llama cada día. Es tu mejor tesoro. Pon en Él tu corazón. Trata de conocerlo mejor. Ámale apasionadamente, Déjale ser el Salvador de tu vida. En Él tenemos la fuerza, la belleza y la alegría de la vida verdadera.

Don Fernando Sebastián Aguilar
(Arzobispo Emérito de Pamplona-Tudela y recientemente nombrado Cardenal por Papa Francisco)

miércoles, 26 de febrero de 2014

Libre de preocupaciones





Deja a un lado las preocupaciones y te sorprenderás de la belleza del cielo, del color de las flores, del frescor de la brisa y de la generosidad del sol. Te sentirás parte de la creación, y la vida empezará a tener sentido.

La mayor riqueza es saber apreciar lo que tenemos y lo que somos. Pensar en lo que los demás están haciendo puede darte dolor de cabeza. En lugar de ello, piensa en lo que tienes que hacer. Házlo, y verás cómo te sientes.

Nadie en realidad te produce intranquilidad. Tú eres tu propio amigo o tu propio enemigo. Son tus limitaciones, debilidades, expectativas y hábitos negativos los que te roban la paz y te hacen sufrir.

Si alguien está haciendo algo erróneo, en lugar de perder tu paz y dejar que la mente se queje, pregúntate: "¿Qué puedo hacer yo
para beneficiar a esa persona?"

Una de las principales razones por la que hay tanto miedo en nuestra sociedad es que pasamos la mayor parte del tiempo escuchando noticias negativas sobre violencia y conflictos.
Proponte cambiar de tema y hablar de lo que la vida te ofrece.

Es necesario crear esperanzas y entusiasmo en el futuro y una visión más positiva de la realidad del presente.
De esta forma promovemos la paz.

La humanidad es como un árbol, cada ser humano está conectado con la Semilla y pertenece al mismo árbol. La belleza del árbol es que tiene diferentes ramas y en cada una innumerables hojas



martes, 25 de febrero de 2014

La sabiduría del dolor


Todos de alguna forma u otra sufrimos
en la vida, nos guste o no.
Cuando aparece el dolor, cuando llega
el sufrimiento por pequeño o grande que sea,
es necesario aceptarlo con paz.
Decimos que el mejor maestro es el dolor,
¿y sabes tú por qué?

Porque nos hace más sensibles
y comprensivos ante el dolor ajeno;
quien ha sufrido, siempre sabrá escuchar,
comprender, disculpar.
El dolor te hace madurar, te humaniza,
te hace humilde, te hace capaz
de pedir ayuda y dar consuelo.

Dicen que los ojos que han llorado
ven mejor, y es realmente cierto,
las lágrimas limpian el alma y no le impiden
la entrada a Dios en nuestro corazón.

Al maestro dolor debemos tomarlo
como una parte de la vida, y aprender
que es una forma de ir madurando,
y nos hace crecer espiritualmente
si sabemos sacarle provecho.

Cuando en nuestra vida todo es plenitud,
salud, viajes, dinero, etc., no se elevan
los ojos al cielo, todo al suelo, a lo terrenal.
Pero cuando se sufre de soledad,
enfermedad, tristeza, vacío del alma,
entonces aprendemos a elevar los ojos
hacia nuestro padre Dios.

La alegría fabricada es mala.
Es como una copa de alcohol que embriaga
y nos hace olvidar por un ratito la realidad
en que vivimos. Es necesario aceptar la realidad,
aunque sea dolorosa, esto siempre será mejor.
El dolor nos enseña a amar, a perdonar,
a ser humildes. El dolor es parte de la vida
y es el mejor método para madurar.

Maria Julia Lafuente
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