La vida de la Virgen María fue una vida dura y sacrificada por lo pobre y humilde, carente de muchas comodidades.
Su casa era de las más pobres de la pobre ciudad de Nazareth; los elementos de que disponía eran los más rudos, sencillos y primitivos; esa fue la vida que llevó María y ese el ambiente que le rodeó.
Nuestra vida, por ser cristiana, debe señalarse por la sencillez y la humildad, rehuyendo todo lo que sea lujo y ostentación y exceso de comodidad.
María, sin Tí, el viento del egoísmo nos dispersaría y destruiría nuestra unión.
NUESTRA SEÑORA DE LA POBREZA Y HUMILDAD, CONCÉDEME UN CORAZÓN SIMPLE Y SENCILLO Y AYÚDAME A REHUIR DEL LUJO, LA OSTENTACIÓN Y LA COMODIDAD
Padre Nuestro, Ave María, Gloria. . .
(Padre Alfonso Milagro)
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