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lunes, 3 de abril de 2023

El aroma del Esposo

Una mezcla sabia y armoniosa de numerosas y variadas hierbas aromáticas, cada una con un aroma particular, constituye una esencia perfumada que, en su composición, toma el nombre de nardo. El nombre nardo proviene de una de las hierbas aromáticas que entran en su preparación. El perfume que se difunde con la unión de todos los aromáticos particulares, es percibido por la sensibilidad purificada como el buen aroma del Esposo. (…)

Si el nardo del Evangelio tiene algún parentesco con el perfume de la Esposa del Cantar de los Cantares, podemos deducir de lo que hemos escrito, cuál era ese “nardo puro, de mucho precio” (Jn12,3), que fue versado sobre la cabeza del Señor (Mc 14,3) e impregnó la casa con su perfume. Quizás ese perfume no era ajeno al que impregna a la Esposa con el aroma del Esposo. En este Evangelio, el nardo es versado sobre el Señor y llena de perfume la casa en la que había tenido lugar la comida. Acá también, me parece, la mujer había significado anticipadamente por una inspiración profética, el misterio de la muerte del Señor, como él mismo testimonia: “Ella tenía reservado este perfume para el día de mi sepultura” (Jn 12,7). Cuando señala que la casa entera se impregnó del perfume, significa que el mundo entero y toda la tierra, “allí donde se proclame la Buena Noticia”, el aroma del perfume será difundido con el anuncio del Evangelio y “se contará también en su memoria lo que ella hizo” (Mc 14,9).

 
En el Cantar de los Cantares, el nardo impregna a la Esposa del perfume del Esposo. En el Evangelio, el buen aroma de Cristo que había impregnado entonces la casa, se comunica a todo el cuerpo de la Iglesia, en toda la tierra y en el mundo entero.

 San Gregorio de Nisa (c. 335-395)
monje, obispo
El aroma del nardo (La Colombe et la Ténèbre, Cerf, 1992), trad.sc©evangelizo.org

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