El papa Francisco pide a los bautizados que aprovechen la gracia de cada día del Triduo y en particular que “reflexionen bien sobre cómo vivió la Virgen María este Sábado Santo: en la espera”:
«El Sábado Santo es el día del silencio de Dios. Debe ser un día de silencio y debemos hacer todo lo posible para que para nosotros sea precisamente un día de silencio, como lo fue entonces: el día del silencio de Dios. Colocado en el sepulcro, Jesús comparte con toda la humanidad el drama de la muerte.
Es un silencio que habla y expresa el amor solidario con los abandonados para siempre, a los que el Hijo de Dios llega llenando el vacío que solo la misericordia infinita de Dios Padre puede colmar. Dios está en silencio, pero por amor. En este día, el amor, este amor silencioso, se convierte en la expectativa de vida en la Resurrección.
Meditemos el Sábado Santo: nos hará bien pensar en el silencio de la Virgen María, “la que creyó” y que, en silencio, esperaba la Resurrección. La Virgen María debe ser la imagen, para nosotros, de este Sábado Santo. Pensemos bien en cómo vivió la Virgen María este Sábado Santo: en la espera. Es el amor que no duda, sino que espera en la palabra del Señor para que se manifieste y resplandezca en el día de Pascua».
Catequesis del 23 de marzo de 2016, sobre el Triduo pascual y la misericordia
Adaptado de: fr.zenit.org
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