Camino de Emaús:
desánimo, desaliento y desesperanza, con d de diablo (con minúscula). "El que divide".
Ese era el equipaje de los apóstoles, que volvían cansados a Emaús, de vuelta de todo, tristes y confundidos. Se separaron del grupo del Cenáculo y de sus hermanos, los apóstoles.
Como a ellos, el enemigo quiere abatirnos y dejarnos sin alegría también a nosotros, para que seamos incapaces de ver y creer la Resurrección, dando vueltas en círculo a nuestras historias antiguas.
Pero Cristo, al partir el Pan, nos recuerda que ya hemos sido comprados con el alto precio de su Sangre (con Mayúsculas), de tal modo que el maligno ya no tiene ningún poder sobre nosotros. Jesús Resucitado hace nuevas todas las cosas, verdaderamente.
Que seamos capaces de llevar ánimo, aliento y esperanza a nuestros hermanos que deambulan arrastrando un lastre del que Jesús ya nos ha liberado, y mantengamos la unión de la Iglesia.
Amén.
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