El gran silencio del amor:
Siempre que alguien muere se hace un vacío, se crea un silencio. Al menos por unos instantes se suspende todo pensamiento, se ahoga toda palabra, se sofoca toda pasión. Antes de los llantos y sollozos, antes de las plegarias o los gritos, antes de las condolencias y los pésames, la muerte impone un silencio.
Cuando Cristo muere, un gran silencio envuelve la tierra... Un gran silencio porque el Rey duerme. La tierra está tenebrosa y sobrecogida, porque Dios ha dormido en la carne... Dios ha muerto en la carne y ha puesto en conmoción al abismo.
La muerte del Dios hecho hombre estremeció los cielos y sacudió la tierra. Ese día hubo oscuridad sobre toda la tierra. El velo del templo de Jerusalén se rasgó en dos de arriba abajo. Tembló la tierra y las rocas se hendieron.
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