1.No pierdas la
esperanza. Pero, con tu ayuda, la victoria vendrá antes y no después.
2.Irradia alegría en
tu entorno. El pesimismo es también una bacteria nociva en nuestra convivencia.
3.Potencia y cultiva
aquello que, la vorágine de la vida, te impide llevar acabo.
4.Aprovecha este
"desierto" para asear la vida interior. Pon el corazón a punto y,
sobre todo, serena tu conciencia.
5.Sé agradecido.
Piensa que, muchas personas, se están jugando la vida para que, otros que están
en el desierto del dolor puedan seguir adelante.
6.Dios te cuida si
te cuidas. Guarda la higiene contigo mismo y con los demás. El día
después....podrás recuperar la delicadeza impedida.
7.No pongas más
dolor en tu cruz ni en la de los demás. Las cosas son como son y es mejor
empujar que subirnos sobre el hombro de los demás.
8.Pide a Dios, que
todo lo ve, que nos eche una mano. La FE nos hace fuertes e invencibles.
9.Aprovecha, en este
silencio obligado, para mirar las cosas y el mundo con otra perspectiva: no
somos tan "dioses" como nos creemos.
10.Reza por ti y por
los demás. Por los médicos, sanitarios, trabajadores, servicios, policía,
enfermos, fallecidos y atemorizados por esta amenaza.
No olvides que, las
grandes victorias, son precedidas de fuertes batallas. ¡Adelante!¡Resistiremos!
Capilla de San Fermín de Pamplona
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