A veces nos encontramos en una situación difícil y no vemos la
salida, e incluso cuando rezamos y pedimos a Dios, lo hacemos con criterios
humanos, pensando que Dios tiene que actuar de tal o cual forma, y no acertamos
a imaginar cómo el Señor podrá arreglar las cosas.
Pero Dios no actúa con criterios humanos, pues como en las Bodas de Caná, cuando llegó a faltar el vino, las soluciones humanas hubieran sido salir a los pueblos vecinos a comprar vino, u otras soluciones por el estilo. Pero Dios hizo algo desopilante: convirtió seiscientos litros de agua en exquisito vino, y así solucionó el percance.
También los Apóstoles no habían pescado nada en toda la noche que era el tiempo propicio para pescar. La solución para ellos habría sido salir la próxima noche, volver a intentar pescar. Pero no, el Señor les dijo que echaran la red, y encima a pleno día, cuando no es momento para pescar, y sacaron tal cantidad de peces que las barcas casi se hundían.
Cuando los seguidores de Jesús tenían hambre y los apóstoles contaban tan sólo con cinco panes y unos pocos pescaditos, pensaban cómo darían con eso, alimento a toda esa gran multitud de más de cinco mil hombres. La solución humana habría sido salir a comprar panes, gastando un dineral. Pero Jesús pronunció la bendición sobre el poco alimento, y éste se multiplicó prodigiosamente.
También nosotros no acertamos a imaginar cómo es que el Señor arreglará las situaciones difíciles en que nos encontramos nosotros, o nuestros seres queridos, y hasta nuestro país y el mundo entero. Y nos imaginamos a modo humano cómo Dios podría arreglar las cosas. Pero no tenemos en cuenta que Él es Dios, y que hace las cosas a la manera de Dios, muy distinta a nuestra manera humana de ver e imaginarnos las soluciones.
Así que por lo que toca a nosotros, confiemos en Dios, sabiendo que Él lo puede todo y que, en un abrir y cerrar de ojos puede solucionar las situaciones más complicadas de una manera que nos dejará atónitos y admirados, que jamás hubiéramos imaginado.
Confiemos en Dios y recémosle con mucha fe, sabiendo que para Él no hay imposibles, y sólo quiere nuestra fe y confianza absolutas para actuar en nuestras vidas, en las vidas de quienes amamos, en nuestra patria y en el mundo entero.
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