En este valle de lágrimas no es posible que goce verdadera paz de corazón sino quien sobrelleva los padecimientos y se abraza gustoso con ellos para agradar a Dios;
La condición de los justos en la tierra es padecer amando, al paso que la de los santos en el cielo es gozar amando.
Cierto día escribió el P. Pablo Séñeri, el joven, a una de sus penitentes, para animarla a padecer, que escribiese a los pies del Crucifijo estas palabras: «Así se ama». No es tanto el padecer, cuanto la voluntad de padecer por amor de Jesucristo, la más cierta señal para ver si un alma le ama.
(Práctica de amor a Jesucristo, san Alfonso María de Ligorio)
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