San José, esposo de la Virgen María, consagramos a tu Castísimo Corazón, nuestra familia, para que en todos reine el amor y la comprensión, que nuestros hogares sean un refugio del amor de Dios, donde se defienda la vida, pureza, dignidad, y castidad, donde florezcan todas las virtudes cristianas.
Amado San José, acepta esta consagración, que tú siempre seas nuestro custodio, padre y guía en el camino de la salvación. Obtennos una gran pureza de corazón y una ferviente devoción a la vida interior.
Concédeme que, siguiendo tu ejemplo, podamos dirigir todas nuestras acciones hacia la mayor gloria de Dios, en unión con el Sagrado Corazón de Jesús y el Inmaculado Corazón de María.
Oh San José, que fuiste bendecido por el Señor con la beatitud prometida a los puros de corazón, ya que durante tu vida terrena compartiste la vida de Jesús y viviste en Su presencia visible. Dígnate interceder por nosotros ante tu amado Hijo.
Pídele que nos ayude, para que nuestra conciencia sea recta y veraz, y que nuestros corazones sean puros. Libérame del doblez y la malicia. Llena mi corazón de esperanza para que nunca dilate innecesariamente en mis pesares. Te pido con fe simple y ardiente para que pueda servir a mis hermanos y hermanas con un corazón generoso. De esta manera, como tú, me deleitaré en el profundo gozo y en la paz de la presencia misericordiosa de Dios.
Que con tu ayuda nuestra familia sea una fábrica de santos, donde broten vocaciones a la vida matrimonial, sacerdotal y religiosa, que cada uno según los designios de Dios como, podamos ser constructores eficaces de la civilización del amor.
Para que todos los matrimonios católicos podamos dar testimonio de vida cristiana, llevando la buena nueva de salvación a los necesitados, con predicación, caridad y buen ejemplo. Moldeadnos según tu carácter, para que reinen en todas nuestras familias la paz de Cristo Jesús, Señor Nuestro.
Amén
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