¿Te has preguntado cómo ayudar a algunos católicos a entender el Misterio Trinitario?
Aquí te dejo esta explicación, con algunas referencias y analogías sencillas, así como los fundamentos teológicos de esta doctrina.
En la Iglesia afirmamos que Dios es Uno, en tres personas distintas: Padre, Hijo, y Espíritu Santo. Nuestra creencia en este Dios Uno y Trino, la identificamos como "Monoteísmo Trinitario".
Imaginemos el agua: puede ser líquida, sólida (hielo) o gaseosa (vapor). Tres estados, una sola sustancia: H2O. Así, en Dios, hay tres Personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo: pero solo hay una substancia divina.
El agua líquida fluye, da vida, como el Padre, que es fuente de todo. El hielo es sólido, visible, como el Hijo que se encarnó y se hizo visible y tangible. El vapor, a veces poco invisible pero presente, es como el Espíritu, que actúa en nosotros.
La Trinidad nos es revelada por Jesús mismo: "Vayan y bautícen en el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo” (Mt 28,19). No es un invento de los teólogos o del clero, sino una verdad revelada que la Iglesia ha ido comprendiendo.
Sin embargo, es importante sostener que las personas de la Trinidad son distintas porque no se confunden ni se disuelven: "Son realmente distintas entre sí” (Catecismo n.254). El Padre no es el Hijo, ni el Espíritu es el Padre, pero los tres son un solo Dios por su esencia
En los estudios trinitarios de los padres y doctores de la Iglesia, la Santísima Trinidad posee 4 relaciones, 3 propiedades, 2 procesiones, 1 solo DIOS. Vamos pues a explicar esto...
PRIMERA RELACIÓN TRINITARIA PATERNIDAD (Padre → Hijo): El Padre es idéntico al Hijo en todo, menos en el hecho de ser su Padre, de ser la fuente del Misterio. Base bíblica: “Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy” (Sal 2,7; Heb 1,5).
SEGUNDA RELACIÓN TRINITARIA FILIACIÓN (Hijo ← Padre): El Hijo es idéntico al Padre en todo, menos en el hecho de ser Hijo Único y ser engendrado como Verbo desde la eternidad. Base bíblica: Base bíblica: “El Hijo unigénito, que está en el seno del Padre” (Jn 1,18)
TERCERA RELACIÓN TRINITARIA ESPIRACIÓN ACTIVA (Padre e Hijo → Espíritu Santo): Padre e Hijo, como un solo principio, se aman y hacen proceder al ES como don de amor. Base bíblica: “El Espíritu de la Verdad, que procede del Padre” (Jn 15,26), y el Hijo lo envía (Cf. Jn 16,7).
CUARTA RELACIÓN TRINITARIA ESPIRACIÓN PASIVA (Espíritu Santo ← Padre y Hijo): El Espíritu Santo recibe su ser eternamente como amor del Padre y del Hijo. Base bíblica: “El Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre” (Jn 14,26).
Ahora pasamos a las tres propiedades: PRIMERA PROPIEDAD TRINITARIA Innascibilidad, ser ingénito o "no ser engendrado": es propia del Padre que no procede de nada.
SEGUNDA PROPIEDAD TRINITARIA Generación o "ser engendrado": es propia del Hijo, quien es la Sabiduría y el acto intelectual eterno del Padre, proveniente solo de Él. Aunque la propiedad se llama "generación" nos referimos a que el Hijo procede del Padre, pero en la eternidad.
TERCERA PROPIEDAD TRINITARIA Procesión: es propio del Espíritu Santo proceder del Padre y del Hijo como espirado (según la tradición occidental con el Filioque).
Luego reafirmamos que hay, por lo tanto, 2 procesiones: la del Hijo como engendrado, y la del Espíritu Santo como espirado. Pero a pesar de esto entre las tres personas distintas hay unidad perfecta y armónica de divinidad como un solo Dios
San Ireneo de Lyon (s. II) decía: el Padre es la fuente, el Hijo el río, el Espíritu el agua que bebemos. Tres procesiones de una misma naturaleza divina, unidas en amor eterno
Santo Tomás de Aquino (s. XIII) explica: el Padre es la Potencia, origen sin origen. El Hijo es la Sabiduría, engendrado por el Padre. El Espíritu es el Amor, que procede de ambos.
La Trinidad no es un rompecabezas, sino una comunión viva. Como dice San Juan Pablo II: “Dios es familia”. El Padre nos invita a formar parte de ella, el Hijo nos redime y nos abre la puerta, el Espíritu nos santifica y nos plenifica.
Otro recurso para hablar de la Trinidad es el Quicumque o Credo de Atanasio (s. V) que no es propiamente de San Atanasio, pero refleja su lucha contra el arrianismo. Es un himno teológico sobre la Trinidad y la Encarnación, usado en la liturgia para afirmar la recta doctrina.
Dice: “Quien quiera salvarse debe profesar la fe católica”. Explica que Dios es uno en esencia, tres en Personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo, iguales, eternos, no confundidos. La unidad no divide, la distinción no separa.
Y así, todo atributo divino, puede ser predicado a cada persona de la Santísima Trinidad, acentuando tanto su unidad como su distinción, ni una más que la otra...
"Como es el Padre, así es el Hijo, así es el Espíritu Santo. Increado el Padre, increado el Hijo, increado el Espíritu Santo. Inmenso el Padre, inmenso el Hijo, inmenso el Espíritu Santo. Eterno el Padre, eterno el Hijo, eterno el Espíritu Santo. Y, sin embargo, no hay tres eternos, sino un solo eterno".
Si llegaste hasta aquí gracias por leer y que el Señor te siga ayudando a comprender su gran Misterio.
Bendiciones y Saludos en Dios Uno y Trino
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