La relación padre-hija que enternece mi corazón hasta las lágrimas es el de San Luis con su hija Santa Teresita Cuando ella, de apenas 14 años, le comenta que quiere ser religiosa en el Carmelo, él desprende de la tierra, con todo y raíces, una florecita blanca y se la entrega ...
... y le dice: «ahora, esta florecita que creció aquí, en este jardín, tiene que ser trasplantada a otro, jardín mucho más fecundo, donde pueda crecer, asentarse y florecer y perfumarse ante Dios, y ese lugar debe ser ahora el Carmelo». De esta forma tan tierna él le dio su bendición
Él fue el único que apoyó su vocación a tan temprana edad, e incluso la llevó a Roma para que ella misma, en persona, le pidiera permiso al Papa de ingresar al Carmelo a los 15 años.
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