Los Sábados saludamos a María
«Bienaventurado el vientre que te llevó y los pechos que te criaron».
«Mejor, bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen».
Lucas 11
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Jesús era Dios y era hombre, y como hombre era limitado. Muchas veces buscó serenidad en su Santísima Madre como Ella en Él.
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La Madre del Salvador no nos salvó del pecado original,
pero sí nos salva de pecar si la imitas.
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Cuando reces a la Trinidad, recuerda que la primera en conocer el misterio trinitario fue Ella.
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