“Jesús sale a los caminos, no se queda en la sinagoga ni en la casa, para encontrarse con todos y que todos puedan acercarse a él” (Paulina).
El discípulo que nunca fue: se acerca a Jesús corriendo y arrodillándose ante él, Jesús lo amó, pero lo abandona abatido y entristecido por preferir el dinero.
Los discípulos y el hombre que se acerca a Jesús coinciden en la dificultad para desprenderse de los bienes materiales.
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