Si por el oriente nace el Sol que acaba iluminando el universo entero, de allí vinieron aquellos Reyes (Melchor, Gaspar y Baltasar) iluminados por una Luz superior, la del Espíritu Santo.
Rindieron su realeza y dejaron oro a los pies del único Rey de reyes.
El más puro incienso se convirtió, ante Jesús niño, en aroma agradable a Dios.
Ofrecieron mirra, símbolo de esa mortalidad que acababa de asumir Dios.
Reyes Magos, imagen del poderío y esplendor humano, vuestra belleza radica en que supisteis que todo lo que teníais se lo debíais a ese Niño Dios, ante el que no os importó postraros como vasallos.
En vuestras almas ardía el Espíritu Santo y en vuestros corazones la Esperanza.
Queridos Reyes Magos os pido:
Que me alcancéis esa pura ilusión que os llevó a Belén.
Concededme la humildad que os hizo olvidaros de vuestro poder.
Que alcance el amor que os convirtió en los más nobles y dignos vasallos.
Y si en este día yo fuera uno de vosotros al Niño Dios le regalaría:
Como oro: los dones que Dios me ha dado, pues de Él han venido.
Como incienso: mis pensamientos y oraciones como aroma agradable a Dios.
Como mirra: mi pobre cuerpo, para que no se olvide que solo descansa en Dios.
Queridos Reyes Magos: ¡rogad por nosotros”
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por dejar tu comentario, me alegra el alma