Un gesto de humildad es reconocer las propias limitaciones, y admitir que los demás hacen mucho mejor que nosotros determinadas tareas.
En esta escena contemplamos a José entregando con cariño al niño Jesús en brazos de María. El Hijo la busca con la mirada y con sus manos abiertas, porque sabe bien que hay cosas que solo comprende una Madre.
Estar atento a la voluntad de Dios nos hace inclinarnos hacia donde su voluntad nos sugiere, con docilidad
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