Señor, te alabo con todas las fuerzas de mi corazón. Te agradezco
haber entrado a mi vida y darle el cambio que necesitaba para alcanzar la
felicidad.
Tú eres la luz del mundo, esa que vino para sacarnos de nuestros
errores, que con tu amor viniste a sanarme y a guiarme por el camino de la
salvación.
Tú nos das a tu manera lo que necesitamos y lo que pedimos con
insistencia, pues Tú lees los corazones y sabes que es lo que más nos conviene.
Tus milagros no los realizas para satisfacer la curiosidad, sino
para ayudar a los sufren y acuden confiados a Ti. Por eso pongo mis sueños en
tus manos
Ven Señor, aleja de mí toda angustia que me tiene anclado a un
pasado desolado. Tú todo lo puedes, Tú todo lo sanas, basta con que yo tenga
fe.
Reconozco que no soy digno de Ti, que con mis pecados te ofendo;
pero Tú me limpias, me haces nueva criatura, me levantas y me haces renacer.
Te entrego ahora todas mis cargas y preocupaciones. Confiado en que
ya me estás bendiciendo, repito a viva voz: "Señor, creo, pero aumenta mi
fe"
Quiero vivir una fe que arda de deseo hacia Ti, esa fe que va más
allá de mis posibilidades y me hace creer que puedo lograr lo que me propongo.
Amén
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