Señor mío y Dios mío
No sé muy bien qué hacer, Señor.
Hay momentos en que me pierdo entre mis pensamientos,
y las dudas pesan más que las certezas.
Hoy vengo ante Ti cansado, confundido y con miedo.
Solo quiero que me escuches… y que no me sueltes.
Tú sabes lo que guardo dentro,
las preguntas que no tienen respuesta,
las heridas que no se ven y los silencios que gritan.
A veces siento que camino sin rumbo,
pero en el fondo sé que solo en Ti está mi paz.
Virgen Santísima, Madre del Consuelo,
tómame de la mano cuando no encuentre el camino.
Muéstrame a Jesús cuando mi fe se tambalee,
y enséñame a confiar incluso cuando no entiendo nada.
Espíritu Santo, luz que disipa la oscuridad,
ven a mi corazón cansado.
Dame claridad cuando todo se vuelve confuso,
esperanza cuando me invade el temor,
y calma cuando no logro ver Tu plan.
Señor, no quiero alejarme de Ti,
aunque a veces no comprenda tus caminos.
Quédate conmigo en mis dudas, en mis noches,
y recuérdame que incluso ahí, Tú sigues obrando.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
Fuente:FEymásFE
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por dejar tu comentario, me alegra el alma