¿Cómo hablar dignamente de la madre que ha dado a luz a mi Señor y mi Dios? Por su fecundidad fui liberado de mi cautividad, por su parto fui rescatado de la muerte eterna, por su Hijo fui levantado de mi ruina y llevado del infortunio hacia la bienaventurada Patria. ¡Oh bendita entre todas las mujeres! Es el fruto bendito de tu seno (Lc 1,42) que me ha dado todo eso por el renacimiento del bautismo. Me lo ha dado en la realidad presente o en esperanza. Aunque fui yo mismo que me privé de todo por mi propio pecado, al punto de estar vacío y al límite de la desesperación. Siendo mis faltas perdonadas,¿ sería yo ingrato hacia la que tantos bienes me llegan gratuitamente? ¡Dios me guarde de agregar esta injusticia a mis iniquidades!
Dios ha dado su Hijo, fruto de su corazón, que es su igual y él ama como a sí mismo. Nos ha dado a María y del seno de María, nos ha dado su Hijo Único. Toda la creación es obra de Dios y Dios nació de María. ¡Dios ha creado todo y María ha dado a luz a Dios!...Dios es el Padre de todo lo creado, María la madre de todo lo recreado. Dios es el Padre de la creación universal, María la madre de la redención universal. Dios ha engendrado al que todo creó (Jn 1,1-3) y María dio a luz al que todo salvó (Jn 1,16-17).
San Anselmo (1033-1109)
benedictino, arzobispo de Canterbury, doctor de la Iglesia
Oración 7 (Lectures chrétiennes pour notre temps, Abbaye d'Orval, 1972), trad. sc©evangelizo.org
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